domingo, 7 de abril de 2013

De casta le viene al galgo (o a la galga)

Las tres somos muy diferentes (una guapa, otra simpática y otra lista) pero la gente suele decir que nos parecemos. Unos dicen que tenemos la misma voz y más de una vez nos hemos quedado con el personal al teléfono. Otros dicen que hacemos los mismos gestos y morisquetas (de Cecinienta en el trabajo supieron que era mi hermana por hablar y hacer las mismas monerías que yo). Yo no me veo mucho parecido, en el fondo, y supongo que vosotras tampoco pero reconozco que hay algunas cosillas en las que somos igualitas.

Una es la sinvergonzonería.

Yo no se si viene por la abuela, que nos contaba muchas sinvergonzonerías de cuando vivía en el Pirineo con abuelo y de cuando iba a trabajar a The Rock. Anécdotas como aquella de los preservativos que limpiaba con mimo y untaba de polvitos talco antes de guardar en una caja para la próxima vez. O la de las inglesas cochinas. O las de que "un día sí y otro no", que vaya tela con el abuelo... Nosotras éramos jovencitas precoces (y un poco procaces) y nos encantaba que nos contara, Aunque fueran historias mil veces repetidas.

Pero no podemos obviar a nuestra mama, que aunque cándida también se las trae. Ese empeño en meter la palabra "follaje" refiriéndose a "exuberante vegetación" y su sonrisita inocente (?) cuando se daba cuenta de que "follaje" viene de "follar". O esa vez que compró camisetas tiradas de precio en el mercadillo y en una salía un erizo haciendo el amor con un cepillo y, en la otra, diversas posturas del Kamasutra. ¿Realmente no sabía lo que compraba? ¿Realmente pretendía que nos pusiéramos esas prendas? ¿Realmente fue capaz de mirarle a la cara al gitano (que estaría escojonciao de risa) que se las vendió??? Son misterios que nunca resolveremos pero que dicen mucho de nuestra casta. O las veces que iba al cine con papá a ver películas del destape y luego, por la mañana, me contaba así por encima de qué iba la cosa, más ancha que pancha. O la vez que me contó el espectáculo de striptease que vio una vez en Los Lagos. Yo, que tendría unos doce años, me quedé pasmadita al descubrir que había espectáculos en los que las mujeres se quedaban en bolas. Jo, que chachi!!!



1 comentario:

la neno dijo...

Jajajajaja, lo de las camisetas del erizo me acuerdo perfectamente. Cecinienta le decia, pero mamá que es esto? Pues naaa, unos dibujitos mu graciosos de un erizo, no? Jajaja, yo me hacia la longuis como el primogenito sobrino en la peli de Ted el oso. Se de lo que habkais pero si no pestañeo, quizas nadie sepa que estoy aqui.