viernes, 3 de abril de 2009

The Cross-eyed Invisible Woman

Imperceptible, incorpórea, impalpable, inmaterial... Las razones: ancestrales, siguiendo con los ¿defectillos? de la Abuela Paca porque una lleva los genes "marcaos a jierro" y el arte del miqueo, del voyeurismo casero.
Desde pequeñita, cuando iba por la calle y en las tardes frescas de verano la gente empezaba a abrir las ventanas y las puertas de sus casas, me quedaba desojaita intentando ver que se cocía dentro, sin pudor. De mayorcita, sin ningún tipo de recato, cuando iba en el tren o en el bus me metía en el libro del viajero colindante (¡al menos ver el título, Dios mio!). Hubiera opositado para policía para -de una patada en la puerta- romper el derecho a la intimidad y husmear hasta debajo de las migajas de pan. Sin ningún tipo de decoro entrar en el dormitorio de papá y mamá cuando hablaban en voz baja, o en las conversaciones de la hermanas con las amigas. En los bares, sólo podía observar indiscreta, intentando adivinar que decían esos muchachitos monos, esas pijas insufribles, esas parejitas acarameladas. Más de una vez he rozado el límite de la crispación de la mirada ajena por fisgona, por hurona.
Leer diarios secretos, ver de renacuaja pelis de dos rombos, descubrir que iba a caer en los exámenes, ver a los estirados y encorbatados profes de la universidad en su casa, en chancletas, tirándose pedos y eructando mientras ven el fútbol. Comer gratis en los restaurantes de siete mil tenedores. Entrar en hoteles de lujo, en puticlubs (eso me encantaría), en tiendas donde te miran mal si no llevas el marcado de peluquería, en reuniones de gente seria para reírme, disfrutar del desnudo de ese chico que te tiene encandilaíta y te sonrojas con sólo intuirlo...
Quería ser invisible para dejar de inventarme historias de lo vivido por los demás y vivirlas, compartir secretamente lo superficial y lo recóndito. Quería ser invisible y no tener que agudizar el sentido del oído; ser invisible y no tener que dilatar el sentido del olfato; ser invisible y no tener que afinar el sentido de la vista hasta quedarme como me quedé: bizca.

2 comentarios:

la neno dijo...

jajaja...pues si te operas vas a perder esa cualidad!! osea, que me leias el diario, no? con bien que escondia yo las llaves. Yo creo que ese superpoder tiene contraindicaciones...oirias, verias, sabrias cosas que no te dejarian vivir tranquila...sin embargo con la telequinesis puedes recoger la casa mientras haces bici estatica, como Fargo.

cecinienta dijo...

la llave estaba en el joyerito...juajuajuajuajua!!!!